"...Una súplica empieza y otra acaba, fatal, en
la cítara viajera.
Se ha llenado de fechas el calendario
y el bolígrafo ha perdido su tinta,
aquel piano ha olvidado su partitura,
los veranos ya no tienen soles,
ni el café de esos ojos, el delicioso amargo;
el actor se ha caído del escenario;
las capillas han quebrado sus vitrales;
el abrazo se ha pringado de axilas,
los diablos bailan sobre sus sillas y
el mundo entero ha perdido su nombre.
Con fatal sonrisa suicida la posesa camina
por un sendero de escamas, huesos y flores
a romper poesía a gritos desde su cama
hasta los cráteres de la luna..."
(fragmento)