(...)
"Deleita tu mente que sobre el lecho me
vuelvo fuerte,
Así parece…
¿Oyes? ¿Hueles? Es la plena densidad de
la muerte.
La nobleza absoluta del penitente.
Río, lloro, mantengo una mueca helada
y así, posas tus manos hormigueándome
la frente.
¡Oh, cadáver excluyente, mi sombra, mi
boba!
¿Alguna primavera habrá venidera
donde haya dos soles hembra y macho,
donde Perséfone reine eterna?
Más allá me va llevando una dama con
cara de luna llena.
Preciosos lirios he encontrado, lejos,
un olor a camelias
y el dolor en la almohada me ha
olvidado..."
(Fragmento)